Nuestra hipótesis de trabajo consiste en indicar que las uniones de personas del mismo sexo son mecanismos de cierre, mediante la cita del código heterosexual, hacia formas divergentes de construir familia y relaciones de afecto. Esto nos obliga a separar la investigación en una parte relativa a los problemas éticos que la homosexualidad plantea, y otra referente a los problemas políticos que la misma enfrenta. En dicho camino, nos encontramos que en realidad, no son dos asuntos que transitan por sendas distintas, pues lo que comienza como una cierta forma de entender al sujeto, y las relaciones de verdad que tiene consigo, termina, producto del giro biopolítico que el poder toma en la modernidad, en una reflexión sobre la sustancia ética que informa la gestión de la vida propia de nuestro tiempo. En consecuencia, poner en entredicho la forma de ser familia, implicará entrar en colisión con el Estado, pues este entenderá como una prerrogativa esencial al mismo, el reconocer y legitimar un cierto modelo familiar heterosexual.