Los placeres no sólo son objeto de prohibiciones y prescripciones, sino que se traducen en diferenciadores de clases sociales y grupos identitarios. Ciertos placeres, hacen “distinguidos” a unos, como la música clásica o ciertas joyas, mientras que a otros, sus placeres los hacen “vulgares”. La educación formal, ha jugado un papel central en la formación de las categorías a través de las cuales se clasifican a las personas según sus placeres. Pero el placer es también integrador de movimientos y generador de luchas, tal y como puede analizarse el movimiento LGTB (Lesbianas, Gay, Travestis y Bisexuales), quienes al reivindicar su identidad y sus derechos, reivindican una forma de disfrutar la vida. Aún cuando la presente investigación no dará cuenta cabal de los procesos de producción social de los placeres, al identificar los ideales de placer desarrollados en los manuales de comportamiento, los catecismos, los desarrollos legislativos y los libros de texto, aportará elementos valiosos para posteriores investigaciones que permitan establecer tales procesos de producción, así como el papel de los aparatos educativos en esa productividad.
La investigación busca responder a dos tipos de preguntas: las referidas a la historia de los ideales del placer en la educación de Bogotá en el siglo XX y las referidas a las consecuencias de esa historia para la educación en la ciudad