Los nombres del feminismo

Número especial

Los nombres del feminismo

En América Latina, a partir de las multitudinarias marchas “Ni una menos” en reacción al feminicidio de Lucía Pérez en Mar del Plata en Argentina, la palabra feminismo parece circular sin restricciones desde los medios de comunicación hasta la política, pasando incluso por el mundo del espectáculo. Hoy no hay quién no se declare feminista. Y a buena hora habría que agregar, por cierto. El nombre del feminismo parece haberse vuelto hegemónico. Sin embargo, al poner atención a los modos en que son enunciados aquellos feminismos no parecen sino poner en escena una polémica que de antaño recorre las prácticas, movimientos y letras del feminismo. ¿Qué decimos cuando nos llamamos feministas? A veces, sobre todo desde los medios y la política, quiere decir siempre un decir de “mujeres” que en algunos momentos recurrirá al discurso de los derechos y, en otros, a los decires del empoderamiento. Son útiles los estudios de la unesco o del pnud de la región al respecto.

En otras ocasiones, el nombre del feminismo se enunciará queriendo poner en evidencia una especial “política” de lo en común de las mujeres: sus saberes, sus prácticas y vivencias. Centrales para esta nominación del feminismo han sido los textos de Gloria Anzaldúa, Rita Segato o de Silvia Federici por mencionar a algunos. La vuelta en uso de la palabra “sororidad” y la conformación de múltiples feminismos comunitarios son prueba de la vitalidad de esta apuesta feminista. A diferencia de la simple visibilidad de mujeres en tanto “mujeres” –exigidas por los feminismos de corte liberal–, los feminismos comunitarios pondrán en tensión el propio nombre que los sustenta. Esto es, estos feminismos de lo común complicarán la afirmación del feminismo con la introducción de la crítica al patriarcado heteronormativo. De tal modo, estos feminismos comunitaristas se describirán críticos tanto de la dominación masculina –y su ordenación económica– como del orden familiar que destina, obliga a las mujeres a la reproducción del afecto y de la población (no es un dato a olvidar la negativa de varios países latinoamericanos a la legislación en favor del aborto). La crítica al orden heteronormativo volverá necesario un prefijo y otra orientación del feminismo. Prefijo y orientación que pondrá en escena la palabra “lesbofeminismo”. No todas las mujeres, no todos los feminismos. Esta interrupción no hace sino recusar el nombre universal de “mujeres”, ligado al intercambio económico-romántico, para tramar otras alianzas y deseos. Una variación de estos feminismos de lo en común avanzará en la problematización del nombre del feminismo desde lo decolonial. Una afirmación que se ha tornado famosa, no sin introducir una que otra polémica, va en aquella dirección: “No se puede descolonizar sin despatriarcalizar”. Esta afirmación, como sabemos, es de María Galindo, feminista creando de Bolivia. O dicho de otra manera la descolonización es feminista o no es.

A estas complicaciones del nombre es posible agregar otra más. La complicación de aquellos feminismos que no solo resisten al registro de lo heteronormativo, sino que descreen también del significante “mujeres”. Feminismos disidentes que en el propio nombre del feminismo invocarán la sospecha y la interrupción: no hay un “en común” de las mujeres. Interrupción de la nominación feminista que se auxilia a veces del prefijo “pos” para detenerse en la letra, la técnica y el artificio que constituyen un cuerpo. Detenciones figuradas en los textos de Haraway, Butler, Richard y Preciado, por indicar algunos. Entonces, feminismos que traman sus demandas y políticas en la posibilidad de narrar / habitar otros cuerpos más allá de lo heteronormativo, pero también más allá de las “mujeres”. Desde el arte, la escritura y la imagen, estos feminismos se multiplican en invenciones, tránsitos y contagios pos y transfeministas.

En esta dirección –que no es otra que la complicación del nombre del feminismo– va la convocatoria cuyo llamado se deja leer bajo el título “Los nombres del feminismo”. Se invita a enviar artículos relativos a las definiciones, usos y prácticas del feminismo contemporáneo en América latina.

Coordinadora:

Alejandra Castillo, Doctora en Filosofía. Profesora titular del Departamento de Filosofía de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (Santiago de Chile, Chile)

Envíos hasta:                                      30 de marzo 2018

Idiomas:                                              Inglés o español

Fecha de publicación:                        diciembre 2018

Información para los autores aquí

Los artículos deben ser enviados a: contacto@revistapleyade.cl.

Los manuscritos serán evaluados por un comité de doble referato ciego.

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