Against Health: How Health Became the New Morality

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Author: Jonathan Metzl y Anna Kirkland
Publisher: New York University Press, 2010

Ves a alguien fumando un cigarro y dices “fumar es malo para tu salud”, cuando en verdad quieres decir “eres una mala persona porque fumas”. Encuentras a alguien cuya dimensión corporal estimas excesiva, y dices “la obesidad es mala para tu salud”, cuando quieres decir “eres flojo, antiestético o débil de voluntad”. Ves a una mujer alimentando con biberón a un niño, y dices “amamantar es mejor para la salud del niño”, en circunstancias que, en realidad, implicas que la mujer debe ser una mala madre. Ves fumadores, gente obesa, madres que alimentan sus hijos con mamadera, y afirmas tu propia salud en el proceso. En estas e infinitas otras instancias, la percepción de tu propia salud depende en parte de tus juicios de valor sobre los otros, y la apelación a la salud permite un conjunto de suposiciones morales para volar furtivamente bajo el radar.

Against Health argumenta que la salud es un concepto, una norma, un conjunto de prácticas corporales cuya labor ideológica a menudo se vuelve invisible mediante la suposición de que la salud es un (monolítico) bien universal. Las disparidades en la incidencia y la prevalencia de la enfermedad están íntimamente relacionadas con las disparidades en el ingreso y la ayuda económica social. Para ser precisos, la postura del libro en contra de la salud no es una oposición en contra de la autenticidad de las tentativas sociales para prevenir el sufrimiento. En cambio, Contra la salud sostiene que las luchas individuales por la salud presentan, en algunas instancias, mayor dificultad debido a los medios por los cuales la salud ha sido socialmente configurada y culturalmente sostenida.

El libro interviene en los actuales debates políticos acerca de la salud en dos vías. Primero,Against Health desempaca de modo persuasivo los divergentes significados culturales de la salud y explora las ideologías involucradas en su construcción. Segundo, los autores presentan estrategias progresivas. Ellos preguntan acerca de las nuevas posibilidades y alianzas que emergen. ¿Cuáles formas nuevas de activismo y coalición podemos crear? ¿Cuál es nuestra visión sobre el bien-estar? En breve, ¿qué es aquello que hemos obtenido si no obtuvimos “salud”? Por último, Against Health sostiene que las conversaciones sobre la salud que tienen doctores, pacientes, políticos, activistas, consumidores y gestionadores de políticas, se ven enriquecidas al reconocer que, cuando se habla de “salud”, ellos, de hecho, no están todos hablando del mismo tópico. La articulación de los valores dispares sobre la “salud” puede permitir una interacción más profunda, productiva, y, de hecho, más saludable, con respecto a nuestros cuerpos.

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