La literatura ecuatoriana está constituida por un conjunto de relatos que continuamente refieren un sujeto mestizo como el ideal político y estético de la nación. Esa idealización del mestizaje, comúnmente leída como sello y valor de toda una tradición literaria y cultural, se da a partir de un ejercicio en el que la voz letrada dispone de los cuerpos en los cuales deberá inscribirse el futuro de la patria. En ese sentido, el letrado – como lo estudia Ángel Rama- hace un uso simbólico de esos cuerpos en favor de un proyecto nacional.
Esta idea parte del entendimiento de que los modos cómo se concibe lo corporal están plagados de connotaciones políticas. Desde las nociones de género hasta los fundamentos étnicos para la constitución de los estados plurinacionales e interculturales, la identidad jurídica se asienta en corporalidades diversas cuya vida, sin embargo, se rige bajo una única concepción de bienestar. Se puede afirmar, entonces, que hay un uso simbólico que hace que la idea estética dominante –la de la identidad mestiza- quede fijada en el imaginario cultural de la nación. En definitiva, se trata de un tipo de representación que, en la medida en la que se vuelve identidad, empieza a repercutir en la experiencia subjetiva.
Este trabajo se propone revisar los discursos de representación del cuerpo “mestizo” en momentos clave de la literatura ecuatoriana de los siglos XIX y XX, tomando en cuenta como punto de partida a algunos autores decisivos del período pre-independentista y de inicios de la República –Eugenio de Santa Cruz y Espejo (1747-1795), Juan Montalvo (1832-1889), entre otros- en cuyos escritos ya se percibe la necesidad de dar forma a un proyecto político que se propone definir una identidad nacional unificadora. Así, a partir de los estudios del cuerpo y de conceptos como el de biopolítica, hibridación, identidad y nación, se quiere sugerir una lectura crítica de ese mestizaje, que mientras es planteado como una idea pacificadora en un contexto de conflictos sociales, económicos y políticos, también clasifica, aísla y estigmatiza “otros” cuerpos que no pueden ser incorporados a la nación, o cuya participación política está determinada a partir de su exclusión histórica.
Es así que esta propuesta quiere poner en práctica una lectura de la construcción simbólica de ese cuerpo mestizo que, a la vez y de modo paradójico, se funda en cuerpos violados e higienizados, en cuerpos estériles, fantasmagóricos, fragmentados o desenterrados. El fin es analizar cómo se revelan esas paradojas en un canon literario
nacional determinado como un “corpus literario mestizo”, a partir de textos como la novela A la Costa, de Luis A. Martínez (1904); la obra de los miembros de la Generación del 30 – José de la Cuadra, Joaquín Gallegos Lara, y otros; el ensayo histórico Atahuallpa (1934), de Benjamín Carrión; la novela El chulla Romero y Flores (1958), de Jorge Icaza, entre otros textos.